Si me preguntaran y pudiera contestar sin miedo ¿qué es lo que más deseas en este mundo? La respuesta no sería agradable: prostitutas y drogas. Lo que me agrada de ese deseo es la posibilidad de perderse completamente en el placer, sin pensar en el futuro y ¡que se se vayan al diablo las consecuencias! Durante momentos que me gustarían terminaran en una muerte rápida solo sentir, comer, beber y vivir en el placer, desconectarse de todo y de todo para nada más vivir ese instante.
Lo que me da más temor es que ese placer sea decepcionante, incapaz de destruir el pensar diario y que confirmara el peor miedo de todos: que todo deseo que se cumple deja de tener sentido. Estoy harto de que cuando logro satisfacer un deseo siempre me quedan dos sentimiendos encontrados: ¿eso era todo? y "tal vez la próxima vez sea mejor". ¿A dónde voy con todo esto querid@ lector@? No tengo la más remota idea, solo trato de sacarlo de mi mente para ver si tengo suerte y este pensamiento puede morir, a lo cual otra parte me responde "te estás haciendo ilusiones".
Me da envidia la gente que parece estar satisfecha al cumplir sus deseos, que por fin encuentra algún tipo de paz cuando logra el objetivo que tanto ha deseado, que no se queda con una sensación de vacío al disfrutar su deseo. Me hacen sentir incompleto la satisfacción que obtienen otras personas: las sonrisas de un adicto cuando consume su droga favorita, la desconexión hermosa de una persona tras el orgasmo, el entusiasmo de un sádico con su víctima, las miradas de amor de un padre, los abrazos de unos amantes, las sensaciones desbocadas de un masoquista, la compasión de una enfermera con un paciente terminal. Todas esas satisfacciones que me parecen ajenas, lejanas y de las cuales quiero encontrar algo que me haga sentir completo y no solo un alivio temporal que pronto se acaba.
Gracias por tu tiempo querid@ lector@ y que tu destino sea mejor que el mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario