jueves, 27 de octubre de 2011

Sensaciones

Es raro que cuando más mal te sientes, de repente hay momentos que no puedes explicar lo hermosos que son. Un día mientras caminaba tuve la sensación de que con un salto podría volar. Su preguntará querid@ lector@ si consumo alguna droga, desafortunadamente no,  pues todavía lidio con las consecuencias de mis actos y me aterran las consecuencias de un hábito.

Volviendo a esa sensación, ésta era hermosa pues cada paso se sentía como si caminara sobre algodones y el cuerpo tan liviano que parecía que no había límite y que con un solo movimiento podría estar flotando. Una voz en mi cabeza  me decía "solo tienes que correr y dar un salto y te podrás perder en el cielo", mientras otra comentaba"¿quieres hacer el rídiculo y darte cuenta de que las ilusiones no se hacen realidad?" Le hice caso a la segunda y la sensación desapareció unas horas después, sin haber tomado ese riesgo, pero eso sí, soñando despierto con todas las cosas que podría hacer si volara.

Realmente recuerdo pocas ocasiones en las que me he sentido bien, completamente seguro de mi mismo, con una sensación de confizana y bienestar. La mayor parte del tiempo es un temor sordo hacia el futuro, una preocupación constante sobre el presente y las cosas que debería de estar haciendo que se traducen en un eterno solor de hombros y tensión en todo tu cuerpo, donde en ocasiones parece que la tensión solo se puede romper encajandose un cuchillo en un lugar y haciendo cortes repentinos. Por eso siento que comprendo a aquellos que se cortan: pues tomaron el valor suficiente para destruir su cuerpo para lograr un poco más de paz con sus sensaciones.

¿Y tú que sientes querid@ lector@?


miércoles, 12 de octubre de 2011

Deseos

Si me preguntaran y pudiera contestar sin miedo ¿qué es lo que más deseas en este mundo? La respuesta no sería agradable: prostitutas y drogas. Lo que me agrada de ese deseo es la posibilidad de perderse completamente en el placer, sin pensar en el futuro y ¡que se se vayan al diablo las consecuencias! Durante momentos que me gustarían terminaran en una muerte rápida solo sentir, comer, beber y vivir en el placer, desconectarse de todo y de todo para nada más vivir ese instante.

Lo que me da más temor es que ese placer sea decepcionante, incapaz de destruir el pensar diario y que confirmara el peor miedo de todos: que todo deseo que se cumple  deja de tener sentido. Estoy harto de que cuando logro satisfacer un deseo siempre me quedan dos sentimiendos encontrados: ¿eso era todo? y "tal vez la próxima vez sea mejor". ¿A dónde voy con todo esto querid@ lector@? No tengo la más remota idea, solo trato de sacarlo de mi mente para ver si tengo suerte y este pensamiento puede morir, a lo cual otra parte me responde "te estás haciendo ilusiones".

Me da envidia la gente que parece estar satisfecha al cumplir sus deseos, que por fin encuentra algún tipo de paz cuando logra el objetivo que tanto ha deseado, que no se queda con una sensación de vacío al disfrutar su deseo. Me hacen sentir incompleto la satisfacción que obtienen otras personas: las  sonrisas de un adicto cuando consume su droga favorita, la desconexión hermosa de una persona tras el orgasmo,  el entusiasmo de un sádico con su víctima,  las miradas de amor de un padre, los abrazos de unos amantes, las sensaciones desbocadas de un masoquista, la compasión de una enfermera con un paciente terminal. Todas esas satisfacciones que me parecen ajenas, lejanas y de las cuales quiero encontrar algo que me haga sentir completo y no solo un alivio temporal que pronto se acaba.

Gracias por tu tiempo querid@ lector@ y que tu destino sea mejor que el mío.


martes, 13 de septiembre de 2011

Tiempo y recuerdos

Bienvenid@ de nuevo querido@ lector@.

¿No has sentido de golpe el peso de los años? Desde mi perspectiva parecen estar tan cerca los recuerdos de hoy que solo en ocasiones veo todo el tiempo que ha pasado. Me parece que han sido meses desde vi a algunos amigos, pues recuerdo sus voces, sus caras, el ambiente en que nos vimos, y después caigo en cuenta de que nos los he visto cara a cara desde hace algunos años.

Lo mismo me pasa con los recuerdos de la infancia y de la adolescencia, donde recuerdo las emociones, los olores y las frases de algunas personas. En momentos las escenas se vuelven borrosas pero no más turbias que los recuerdos del día anterior. Solo faltaría poder encontrarlo y poder retomar la conversación que tenías con ese amigo hace algunos años como si no hubieran pasado más que algunos días.

Me da pánico pensar que entre más edad tenga la acumulación de los recuerdos será cada vez mayor, y la sorpresa de sentir los recuerdos de un niño en el cuerpo de un anciano. Sería más fácil que uno solo recordará aquello que tiene cerca, y dejará todo aquello que ya ha pasado, o por lo menos no lo sintiera tan cercano a al corazón. Poder olvidar: sueños, esperanzas, tristezas, felicidad, soledad. Todo esto de un solo golpe y solo quedarte con las mieles y la  hiel del ahora.

¿Qué recuerda querid@ lector@?

sábado, 18 de junio de 2011

De escapes y otras evasiones

Bienvenido querid@ lector@. Desde mi punto de vista todos tenemos una forma de irnos de esto que llamamos "realidad". Piensalo un momento y encontrarás que a tu manera, tienes algo que por momentos te evita  las preocupaciones, dolores y lágrimas de esta tierra. Estas formas de escape son variadas y vistas de diferentes maneras por los demás. Puedo pensar en las obvias y tan demonizadas drogas, que dan un escape de las emociones así como de la percepción normal de la realidad; otro culpable conocido pero no tan mal visto es el sexo, pues de alguna manera se necesita continuar la especie, mas el acto mismo es un perfecto escape, donde solo el movimiento de los cuerpos y las sensaciones es lo único que importa.

Creo que otro escape es la ficción: historias que durante un momento nos apartan de lo que tenemos enfrente y nos hacen preocuparnos por las héroes de la historia, y alegrarnos por sus trinunfos. ¿Empiezas a ver que tan buena es nuestra evasión querid@ lector@?  Pareciera que es un algo que tenemos en la sangre, que nos permite conservar la cordura durante un día más, un momento, pues la alternativa se vuelve ver a cada momento la realidad con sus desilusiones, injusticias, dolor y falta de sentido.

Para mi gusto otro escape son las religiones, pues  prometen un lugar donde el dolor de la realidad desaparece, claro a cambio del control y obediencia a las normas de ella.  Las exitosas siempre tiene un culto, donde las normas de la realidad no aplican y se obtienen por momentos, vislumbres de un mundo mejor, que se encuentra al alcance y cuyo único precio es la fe.

Para mi la opción  de dejar el escape es dolorosa: ver lo que eres sin ningún tipo de interpretación, esperanza o sueño que permita pensar que lo malo se irá y que el futuro tiene cosas mejores que ayer; de ver lo pequeño que eres en el gran esquema de la cosas, además de que todas tus acciones y pensamientos  se disolverán en el tiempo. Comprender que no existen ángeles salvadores, ni mundos mejores que caigan del cielo,y que la suerte de tus personajes no es compartida contigo (ni lo bueno ni lo malo); así como que todo placer es momentáneo y con un costo. Entender que la historia que cuentas de tu vida es una mentira en gran parte, donde has embellecido partes, olvidado otras y cambiado los recuerdos para darle un sentido a lo que has vivido. Es como clavarse un cuchillo en la mano y moverlo para ver como se siente.

¿Y para tí cuál es tu escape?

martes, 7 de junio de 2011

Odio

Odiar es una de las cosas más fáciles que existe. En ocasiones, querid@ lector@, odio desde el momento en que me levanto, maldigo toda mi vida pasada y la que vendrá, así como toda la gente que me rodea. Pero hay que fingir una sonrisa, pues una cosa es tu odio y otra el desprecio muy real que las personas a tu alrededor te dan.

Para mí el odio se reduce a una cosa: el mundo no es como lo deseas. Es imposible lograr que todo lo que está a tu alrededor sea como quieres, por tanto siempre odiarás algo. En ocasiones creo que cada quien dirige su odio a aquello que rompe su esperanza de como sea el mundo: otra raza, otro estrato social, situaciones extrañas, etc. Lo más perverso, es que a veces odiamos aquello que más deseamos de nosotros mismos. En mi particular caso, querid@ lector@, tengo una relación con mi deseo sexual de amor-odio. A veces me hace encontrar sensaciones que no podría creer posibles, y luego odio tenerlo por todo el control que se necesita cuando surge en el momento más inoportuno.

Creo que todos odiamos en algún momento el lugar donde nos encontramos, quién somos y cuáles son los prospectos que tenemos de ser. De aquí la otra cara del odio: se vuelve una fuerza para el cambio y la transformación, nos ayuda a tomar impulso para las cosas  que queremos cambiar. De ahí que sea tan temido esa emoción: un odio concentrado, cuidado y afilado se vuelve el motor para destrucciones que uno teme imaginar, y que creo, hemos visto los frutos, pues se requiere mucho de esto para matar a millones de personas.

Así querid@ lector@,  ¿qué odia usted?

jueves, 2 de junio de 2011

Paz

Una de las cosas que siempre me es curiosa es el deseo de las personas de tener "paz". Algunos son más elevados y hablan de ""paz mental". Creo querid@ lector@, se refieren a estar tranquilos consigo mismos y con sus semejantes, libres de las dolencias del diario vivir y de la angustia por el el futuro (y también el presente) que parece común a todos nosotros.

Antes de que piense, ¿éste se cree capaz de darme paz? Le digo simplemente: NO. Como otras personas tengo a un monito dentro de mi cabeza que se la pasa dando vueltas de arriba a a abajo, y que de vez en cuando con un buen garrotazo se calma, claro, es más resistente de lo que uno piensa, pues después de un cierto tiempo vuelvo a sentir sus monerías dentro mi cabeza.

Estas monerías son interesantes si se les mira desde fuera, pero al sentirlas y comprenderlas creo entender la falta de paz mental. Voy a dejar este monito un rato libre y si quiere, querido lector@, puede ser testigo de sus monerías: ¿ya hiciste por lo que te pagaron el día de hoy?, ¿ya tuviste el sexo que quieres tener pues podrías morir el día de mañana?, ¿ya le aseguraste el futuro a los quieres?, ¿ya visitaste a las personas importantes?, ¿comiste lo que querías?, ¿tienes sufiente para comer el día de hoy y los que vienen?, ¿tendrás trabajo el día de mañana?, ¿te querrán los demás a pesar de cómo eres?, ¿crees ser capaz para estar dónde estás?, ¿vas a seguir así toda tu vida?...

Creo que ya fue suficiente, aunque creo ese monito (copiado del budismo) es mucho de lo que nos provoca ansiedad por lo que viene y por lo que somos. Aunque como somos humanos, nos inventamos nuevas y mejores formas de quitarnos la paz, pues el conflicto es lo que hace avanzar, aunque hacia dónde sigue siendo un misterio para mí.

Hasta luego querid@ lector@

jueves, 21 de abril de 2011

Exhibicionismo y mentiras

Escribir para otros es una forma de exhibicionismo, pues con las palabras das a conocer una parte de ti, no física como en la exhibición. Así querid@ lector@, lo convierto en mi cómplice oficial de estos escritos.

Quiero que estos escritos signifiquen algo para usted: ya sea una sonrisa, una lágrima, un enojo o un mal ejemplo. Perdón por este lapsus, pero a las personas que no conozco las trato de usted, lo que termina siempre un alejamiento natural, pues al parecer los buenos modales implican frialdad o alejamiento. Por algún tiempo querid@ lector@, lo seguiré tratando de usted, pues en mi imaginación aún no l@ conozco lo suficiente como para llamarl@ de otra manera.

Hasta el momento le he contado algunas cosas que no he contado a nadie más, por lo que ha tenido un asiento de primera fila a esta obra que sigue en pie. ¿Algo en especial qué quiera ver? ¿Algo de terror, comedia, drama, nostalgia, paz? Estoy aquí como su narrador personal, como una especie de daemon que busca su oído. Como no puedo oirl@ empezaré ahora...

Contar mentiras es un arte que se desarrolla con el tiempo. Al principio las mentiras que uno cuenta solo dicen lo contrario de lo que paso en la realidad, "yo no rompí el vaso, fue mi herman@". Poco a poco se entiende que el verdadero arte de contar mentiras consiste en algo sencillo: mezclarlas con la realidad. La mejor mentira para que sea efectiva tiene que tener partes de realidad inscrustadas, aunque el centro sea completamente falso. Es como un pastel de capas, donde la mezcla de mentiras y verdades sea deliciosa. Creo que pedirás un ejemplo querido lector@, por lo que me veré obligado a dártelo:

En primer lugar hay que encontrar el núcleo de la mentira, es decir, la parte importande sobre la que se quiere ocultar la verdad. Para este ejemplo usaré una situación común: el salir con amigos que se consideran pésimas compañías. Luego para hacer la mentira efectiva hay que quitar el núcleo y sustituirlo con una verdad, pero ocurrida en un tiempo ligeramente distinto. Cierto, olvidaba un detalle importantísimo: el público al que va dirigida la mentira, pues en la sustitución de la verdad se tiene que cuidar que el público meta sea incapaz de verificar si se llevo a a cabo la sustitución de la verdad.

Para este caso usaré una madre como público meta, y la sustitución de la verdad será una cita con un amigo X el mismo día de la salida que se quiere esconder. Es de vital importancia que esa cita se dé y exista, para dar detalles verdaderos. Hay algo que trabaja a  favor del mentiroso: pocas personas recuerdan las horas exactas. En si hay un error de como 30 minutos en la mayoría de las personas, y ese tiempo se vuelve mayor con las personas de mayor y menor edad.

Cuando se le pregunta al mentiroso: "¿dónde estuviste?", éste puede responder fácilmente "estuve con X e hicimos las siguientes cosas, también fui a este lugar (hecho verdadero) después de haber estado con él". Solo una investigación con testigos e informantes podría ser efectiva, pero una buena mentira debe conocer a su público, por lo que si hay testigos e informantes el mentiroso tendrá que tomar las precauciones necesarias para agregar las verdades que considere indispensables.

Gracias por su ojos y oídos atentos querid@ lector@