Escribir para otros es una forma de exhibicionismo, pues con las palabras das a conocer una parte de ti, no física como en la exhibición. Así querid@ lector@, lo convierto en mi cómplice oficial de estos escritos.
Quiero que estos escritos signifiquen algo para usted: ya sea una sonrisa, una lágrima, un enojo o un mal ejemplo. Perdón por este lapsus, pero a las personas que no conozco las trato de usted, lo que termina siempre un alejamiento natural, pues al parecer los buenos modales implican frialdad o alejamiento. Por algún tiempo querid@ lector@, lo seguiré tratando de usted, pues en mi imaginación aún no l@ conozco lo suficiente como para llamarl@ de otra manera.
Hasta el momento le he contado algunas cosas que no he contado a nadie más, por lo que ha tenido un asiento de primera fila a esta obra que sigue en pie. ¿Algo en especial qué quiera ver? ¿Algo de terror, comedia, drama, nostalgia, paz? Estoy aquí como su narrador personal, como una especie de daemon que busca su oído. Como no puedo oirl@ empezaré ahora...
Contar mentiras es un arte que se desarrolla con el tiempo. Al principio las mentiras que uno cuenta solo dicen lo contrario de lo que paso en la realidad, "yo no rompí el vaso, fue mi herman@". Poco a poco se entiende que el verdadero arte de contar mentiras consiste en algo sencillo: mezclarlas con la realidad. La mejor mentira para que sea efectiva tiene que tener partes de realidad inscrustadas, aunque el centro sea completamente falso. Es como un pastel de capas, donde la mezcla de mentiras y verdades sea deliciosa. Creo que pedirás un ejemplo querido lector@, por lo que me veré obligado a dártelo:
En primer lugar hay que encontrar el núcleo de la mentira, es decir, la parte importande sobre la que se quiere ocultar la verdad. Para este ejemplo usaré una situación común: el salir con amigos que se consideran pésimas compañías. Luego para hacer la mentira efectiva hay que quitar el núcleo y sustituirlo con una verdad, pero ocurrida en un tiempo ligeramente distinto. Cierto, olvidaba un detalle importantísimo: el público al que va dirigida la mentira, pues en la sustitución de la verdad se tiene que cuidar que el público meta sea incapaz de verificar si se llevo a a cabo la sustitución de la verdad.
Para este caso usaré una madre como público meta, y la sustitución de la verdad será una cita con un amigo X el mismo día de la salida que se quiere esconder. Es de vital importancia que esa cita se dé y exista, para dar detalles verdaderos. Hay algo que trabaja a favor del mentiroso: pocas personas recuerdan las horas exactas. En si hay un error de como 30 minutos en la mayoría de las personas, y ese tiempo se vuelve mayor con las personas de mayor y menor edad.
Cuando se le pregunta al mentiroso: "¿dónde estuviste?", éste puede responder fácilmente "estuve con X e hicimos las siguientes cosas, también fui a este lugar (hecho verdadero) después de haber estado con él". Solo una investigación con testigos e informantes podría ser efectiva, pero una buena mentira debe conocer a su público, por lo que si hay testigos e informantes el mentiroso tendrá que tomar las precauciones necesarias para agregar las verdades que considere indispensables.
Gracias por su ojos y oídos atentos querid@ lector@
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