martes, 12 de abril de 2011

Generaciones Pasadas II

El pasado pesa sobre mí de uno u otro modo, ya sean mis errores o los errores de los demás. El ver a mi padre en su lecho de muerte me hizo recordar la falta que me había hecho de uno u otro modo, cosa que mi herman@ también seguía correyendol@ a pesar de haberlo perdonado por sus acciones.

Después de divorciarse de mi madre, él tuvo una buena cantidad de relaciones con otras mujeres, incluyendo dos que lo acompañaron por buen tiempo y que lo llevaron a vivir de una manera alejada de la bebida. Eso no duró mucho, pues su genio y la muerte de una llevaron a mi padre a recaer de nuevo en el estilo de vida que conocía. ¿Y nosotros? Es es la pregunta que siempre tuve, y que de alguna razón tuve la respuesta conmigo: para él eramos el recuerdo de una vida anterior, diferente al camino que él había decidido tomar. Ésto solo me lo confirmó una respuesta entre sus estertores a la pregunta de ¿qué querías para mí? y su corta respuesta: "no quería que te pasara nada".

Cierto, nunca me pasó nada malo, y realmente su ausencia me hizo ser lo que soy ahora, con mis fallos y mis aciertos. Mas me dejó con una sensación que aún sigo luchando con ella: si soy lo suficientemente "bueno" mi padre vendrá conmigo y mi vida será mejor y diferente. Traté de ser el mejor toda mi vida, solo para darme cuenta de que él nunca vendría ,después transforme ese aspiración en  esperar de que alguien me sacaría de mi condición (cualquiera que esa fuese) y me daría una vida libre de preocupaciones. Al verlo tan débil y recordar toda su historia supe que él nunca podría haber sido quién yo esperaba, y que no dependía de mí que viniese, pues su corazón se encontraba en otro lugar, persiguiendo algo que jamás encontró.

Al entender esto solo me quedó algo que hacer: besarlo en la frente y decirle "te quiero".

Él murió días más tarde, no pude estar cuando paso.

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